Cuando era pequeña siempre soñaba con ser como Peter Pan. Me sentaba en el regazo de mi abuela, acariciaba sus mejillas, le daba besitos en la barbilla y reía porque tenía la frente arrugada. Escuchaba a los adultos discutir, llorar por los mayores que morían...
Yo quería no tener que estar triste. Quería vivir en el país de Nunca Jamás con mis amigos, jugar, sonreír, vivir mil aventuras. Quería no tener que crecer, no tener que llorar, no tener que morir, no tener que arrugarme, ni enfadarme.
Quería ser Peter Pan. Quería encontrar a mi Wendy, a los niños perdidos. Quería construir mí nunca jamás. Quería sonreír.
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