Me alejé titubeante ante la posibilidad de haber perdido a la persona que más amaba. Ligeras y saladas lágrimas se disponían a brotar de mis ojos para deslizarse después por mis mejillas cuando apareció una silueta conocida en el horizonte. Aquella silueta que sonrosó mis mejillas y dió paso a las lágrimas por mi rostro para ahogarlas en mi sonrisa, que gozaba un beso de amor.
Lierni
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